En Reino Unido ya están sacando las cuentas de cuánto ganará o perderá el país en términos económicos tras concretarse la salida del país de la Unión Europea (UE).
El llamado "Brexit" se impuso a la opción de permanecer por 52% a 48%.
Es un decisión histórica y fuera de las fronteras británicas también tendrá importantes efectos.
En el caso latinoamericano, hay que empezar por decir que el comercio de la región con la economía británica es limitado.
Y la inversión británica en América Latina, si bien es importante para algunos países, por lo general no tiene la dimensión de los flujos provenientes de otros países como Estados Unidos.
De modo que, en sí mismo, el Brexit no representa una amenaza existencial para las economías latinoamericanas, ni tampoco una oportunidad particularmente llamativa, ya que el peso económico de Reino Unido en la región es limitado.
Reino Unido fue, hasta mediados del siglo XX, un socio económico crucial para América Latina, en particular para naciones del Cono Sur como Argentina.
Pero en las últimas seis décadas el comercio con los británicos ha caído en términos relativos.
Entre las economías principales de América Latina, Colombia es la que más depende de las compras británicas. Pero incluso ese país envía a Reino Unido apenas un 2,5% de sus exportaciones, principalmente constituidas por carbón.
En 2014 las exportaciones colombianas a ese país llegaban a US$1.400 millones.
Brasil sólo depende de Reino Unido para el 1.7% de sus exportaciones. Y la cifra respectiva para México es de mucho menos del 1%.
De modo que, dentro o fuera de la Unión Europea, el mercado británico es un tema relativamente secundario para las exportaciones de la mayoría de las naciones latinoamericanas.
¿Nuevos tratados?
Dicho esto, ¿qué pasaría con ese volumen de exportaciones si Reino Unido abandona la Unión Europea?
Los defensores del Brexit han dicho que si Londres se separa del bloque europeo,podría ser más ágil para buscar tratados comerciales con nuevos socios.
El peso de las compras británicas en varias economías latinoamericanas
- 2.5% Porcentaje del total de las exportaciones colombianas que van a Reino Unido
- 1.7% Porcentaje total de las exportaciones brasileñas que van a Reino Unido
- 0.65% Porcentaje total de las exportaciones mexicanas que van a Reino Unido
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Pero, de hecho, Reino Unido ya tiene, a través de la Unión Europea, tratados comerciales con muchas de las principales economías latinoamericanas. La UE llegó a un acuerdo con México en 2000, y con Perú y Colombia desde 2013.
También hay convenios de la UE con varias naciones centroamericanas.
Presumiblemente, cuando la nación británica salga de la Unión Europea, estos países tendrían que renegociar nuevos acuerdos comerciales específicos con Reino Unido, en caso de estar interesados en mantener esas preferencias comerciales recíprocas con Londres.
La semana pasada el presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo que el Brexit sería un "dolor de cabeza" para ese país por la necesidad de renegociar los tratados con Reino Unido.
Más aún, los que piden que Reino Unido se mantenga en la Unión Europea aseguran que, debido al tamaño de este bloque, la alianza económica más grande del mundo, es mucho más atractivo para los países buscar acuerdos de libre comercio con la Unión Europea en su conjunto, en vez de tratados particulares con el relativamente menor mercado británico.
Tal vez el proceso comercial más demorado entre Europa y América Latina ha sido el intento, hasta ahora inconcluso, de llegar a un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur.
Nuevamente, si Reino Unido se maneja al margen de Bruselas, tratar de entender si eso facilitaría o dificultaría aún más la posibilidad de llegar a acuerdos comerciales con las naciones de Mercosur sería ingresar en el terreno de las especulaciones.
Inversión
Si el comercio británico con la región es más bien reducido, la inversión de empresas de Reino Unido en América Latina ha sido más fuerte, especialmente en ciertos rubros como la minería.
En Colombia, por ejemplo, la británica es la segunda inversión extranjera más importante del país, con cifras que llegan a los US$6.000 millones en los últimos 8 años, según datos de la Embajada Británica en Bogotá.
Mientras que en Perú representó el 18% de la suma total de inversión extranjera en diciembre de 2014, la mayor de cualquier país, según el sitio web de Proinversión, una agencia que promueve la capitalización privada en ese país.
Los defensores del Brexit en Reino Unido aseguran que, una vez que las empresas británicas se liberen de lo que ellos consideran el "yugo asfixiante de la burocracia de la Unión Europea", estas podrían ser más dinámicas a la hora de buscar oportunidades de negocios en el exterior.
Pero la primera reacción económica causó el desplome de la libra esterlina a su nivel más bajo desde 1985, lo que -de mantenerse- podría reducir la capacidad británica de invertir en empresas en el exterior.
¿Y la gente?
Más allá de los flujos de comercio e inversión, también hay movimiento de personas entre Reino Unido y América Latina, aunque en dimensiones relativamente pequeñas.
Por un lado está el turismo. En el caso de los visitantes temporales a Reino Unido, el divorcio de la UE no tendría un impacto demasiado grande.
De hecho, Reino Unido no es parte del acuerdo de Schengen que armoniza la política de visas de la Unión Europea. Por lo que, incluso ahora, los viajeros latinoamericanos que quieren visitar el país se acogen a las reglas de Londres, no a las de Bruselas.
Aunque sí es posible que tras la fuerte devaluación de la libra esterlina se reduzca el turismo británico a América Latina, por verse disminuido el poder adquisitivo de la nación europea.
Otra consecuencia importante para algunos ciudadanos latinoamericanos que ostentan doble nacionalidad de otros países europeos como Italia o España es quepodrían perder el derecho automático a vivir o trabajar en Reino Unido.
Una prerrogativa de la que disfrutan en la actualidad y que puede ser más relevante en naciones como Argentina o Uruguay, con un número relativamente alto de personas que podrían aspirar a un pasaporte europeo por el origen de sus ancestros.
Pero, aparte de estos grupos relativamente pequeños de ciudadanos latinoamericanos, la mayoría de los habitantes de la región no se vería directamente afectado de manera muy sustancial por una salida británica de la UE.
Especialmente porque en el siglo XXI, Reino Unido ya no es el gran jugador económico en la región que alguna vez fue.
* Esta nota fue publicada originalmente el 21 de junio de 2016 y actualizada tras conocerse los resultados del referendo.
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