Los
satélites artificiales de comunicaciones son un medio muy apto para
emitir señales de radio en zonas amplias o poco desarrolladas, ya que
pueden utilizarse como enormes antenas suspendidas del cielo. Dado que
no hay problema de visión directa, se suelen utilizar frecuencias
elevadas en el rango de los GHz (unidad que mide frecuencia con que
ocurre cierto evento) que son más inmunes a las interferencias; además,
la elevada direccionalidad de las ondas a estas frecuencias permite
"alumbrar" zonas concretas de la Tierra. El primer satélite de
comunicaciones, el Telstar 1, comenzó a funcionar en órbita en 1962.
Pero la primera transmisión de televisión vía satélite se llevó a cabo
el 3 de mayo de 1964. Los satélites comerciales funcionan en tres bandas
de frecuencias, llamadas C, Ku y Ka, y la gran mayoría de emisiones de
televisión por satélite se realizan en la banda Ku. No es conveniente
poner muy próximos en la órbita geoestacionaria dos satélites que
funcionen en la misma banda de frecuencias, ya que pueden interferirse.
En la banda C la distancia mínima es de dos grados, en la Ku y la Ka de
un grado. Esto limita en la práctica el número total de satélites que
puede haber en toda la órbita geoestacionaria a 180 en la banda C y a
360 en las bandas Ku y Ka. La distribución de estas bandas y espacio en
la órbita geoestacionaria se realiza mediante acuerdos internacionales.
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