Todo comenzó durante la hora de la cena. Al pequeño le quedaban tan sólo unos bocados para terminar el plato, cuando su madre decidió encender la cámara grabadora, e inmortalizar el momento de aprendizaje, al pedirle que dijera la palabra mágica. El niño, mueve la boca y escucha con mucha atención, pero las sílabas simplemente no logran salir. A su lado, se encuentra un adorable perrito de ojos azules, que la verdad, está más interesado en el contenido del plato que en la lección. Finalmente, es tanta la desesperación del perro por obtener aunque sea un lengüetazo de sabor, que decide hacer mérito, y para sorpresa de todos habla.
Un resultado bastante insólito que da a entender las maravillas de las que son capaces nuestros compañeros peludos. Por parte del bebé, se sintió tan frustrado al escuchar la palabra, primero de la boca del perro, que incluso le dio un cómico manotazo.
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