Ejercicios en el Atlántico demuestran que submarinos peruanos son una amenaza para la Armada de los Estados Unidos.
Quizá antes de que leas esta nota será mejor que veas estos videos de Youtube:
En el año 1976 se cree que Chile hundió un submarino peruano, pero nunca se confirmó, lo que es más probable es que en los últimos años un submarino entro en aguas chilenas y se regresó sin ser detectado.
¿Cómo se enteraron los chilenos de esto?
Fueron los estado unidenses los que delataron a los peruanos, luego esta información se difundió en Wikileads confirmando así la terrible sospecha para los chilenos que nunca imaginaron esto posible.
Eduardo Santos experto en defensa en Chile al principio negó esta información, al final tuvo que admitir que esto fue verdad: a mi me parece que efectivamente fue un submarino de nuestros vecinos, Perú tiene una flota de submarinos tremendamente fuertes.
También se especula que un submarino chileno fue hundido en Perú, para lo cual hay un testimonio:
Entrevista al Almirante (r) José Cueto Aservi en Radio Exitosa.
Sabemos que nunca alguna autoridad del país mapocho va a desmentir esta afirmación hecha por un Almirante Peruano.
Podrán darse cuenta la obsesión que tienen algunos chilenos en saber todo lo referente a los submarinos Peruanos, inclusive hasta pagan para espiarlos.
Oír sin ser escuchado. En los ejercicios bélicos Subdiex ejecutados por submarinistas peruanos con la fuerza naval de Estados Unidos en aguas del Atlántico hay que jugar al escondite. A 300 metros bajo el agua, los buques le deben el éxito de sus misiones a la audición.
La clave está en el sonar, herramienta fundamental en la detección y rastreo del enemigo. Mientras más ruido produzca, más sencillo será enviarlo al lecho marino: el silencio es virtud. Es allí donde nuestros 6 submarinos tipo 209 fabricados en Alemania entre 1971 y 1978 poseen una ventaja sobre la armada más poderosa del mundo.
A diferencia de las naves norteamericanas, impulsadas por reactores nucleares, la flota peruana depende de 4 motores diésel alimentados por generadores eléctricos. “Algunos analistas sostienen que la Armada no es eficiente detectando submarinos diésel-eléctricos, especialmente en aguas ruidosas, poco profundas y cercanas a la costa. Ejercicios con fuerzas navales aliadas que usan ese tipo de buques confirman el problema”, señala un informe de la Oficina del Presupuesto del Congreso de Estados Unidos.
En 2012 los reportes señalaban que 10 portaaviones fueron “hundidos” por submarinos eléctricos durante los Subdiex. Estos son organizados desde el año 2000 por la Armada estadounidense a través de programa DESI (Diesel-Electric Submarine Initiative) para superar esas dificultades y mejorar su capacidad para indetificarlos. En ellos también se hacen presentes otros países aliados como Chile, Brasil y Colombia.
Luego de 137 días embarcados en su misión y un recorrido de 13,800 millas submarinas, el BAP Angamos (SS31) atracó en el Callao el 2 de diciembre del año pasado. Regresó de representar al Perú en su decimotercera participación en los Subdiex. En la edición 2016, el viaje llevó a 51 personas entre oficiales, tripulación y aspirantes a submarinistas hasta la Estación Naval de Mayport, Florida. Llegar y volver les tomó 50 días, seis de ellos en el canal de Panamá.
Las guardias son de ocho horas y el submarinista pierde la noción del día y la noche. Para relajarse lee entre dos y tres libros, mira películas o juega ajedrez para tener la mente bien afilada antes del combate. “Nos juntábamos en la sala de torpedos donde los técnicos contaban sus historias y anécdotas”, recuerda el oficial de mar Pedro Morales Rojas. Al llegar a aguas norteamericanas, un contingente de aviones y helicópteros les dio la bienvenida.
“Dimos la batalla como los grandes”, remarca el capitán de fragata Miguel Delgado Céspedes, actual comandante del BAP Angamos. Donde alguna vez se encontraba una computadora obsoleta de más de 40 años, hoy los oficiales cuentan con una tecnología a la altura de los países de primer mundo y desarrollada durante tres años por ingenieros peruanos del SIMA: el sistema Kallpa. Fue creada en el Perú por la décima parte de lo que habría costado comprarla en el extranjero: US$ 40 millones.
En la sala oscura iluminada con una luz roja hay dos periscopios, el control de tiro, los sensores de profundidad, la carta de navegación, el radar y demás aparatos cuyo funcionamiento los submarinistas prefieren no revelar. Desde allí tuvieron que escabullirse entre 12 fragatas norteamericanas desplegadas alrededor de un portaaviones para lograr quedar en posición de disparo frente al buque principal. O evitar que un anfibio logre desembarcar en la costa de Florida.
“Nuestro papel fue reconocido por los estadounidenses. Cuando hay buques intentando detectarnos entramos rápido a la mayor profundidad posible. A mí me tocó operar en el compartimento de controles. Ahí regulamos la profundidad del submarino. Debemos bajar lo antes posible para evitar un contacto con el buque de la superficie”, explica el teniente segundo Jean Pierre Cerdán Luna. Luego cierra la escotilla y vuelve a patrullar bajo el mar chalaco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario