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viernes, 5 de mayo de 2017

Aplicación de la ley universitaria da sus primeros frutos


Como parte de la reforma en el sector educación, se aprobó la ley que regula la educación terciaria y las instituciones que las imparten, bajo ciertos estándares de calidad y que entró en vigencia desde el año 2016. A un año de su aplicación, ya se pueden apreciar algunos resultados.

Una de las prioridades para esta regulación fue resolver las carencias en el mercado laboral, por lo que se creó la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU), órgano supervisor de las funciones de las 142 universidades que existen en el país, 50 de las cuales son instituciones públicas y las restantes del sector privado.

Hasta la fecha, la SUNEDU ha emitido 93 licencias y para mediados de abril 16 universidades más han presentado la solicitud para estar acreditadas, bajo estándares internacionales.

Sin embargo, este auge de la educación universitaria, la cual concentra el 50% de matriculados en la enseñanza superior, ha dado lugar a un déficit de profesionales técnicos competentes en distintos sectores productivos del país, provocando una mayor brecha en las cualificaciones, en gran parte, debido a la percepción de una “educación de baja calidad” en los institutos técnicos y vocacionales.

Según un estudio realizado por el Ministerio de Educación (MINEDU), el 80 % de las 354 instituciones públicas que operaron en el 2015 lo hacían en condiciones “pobres”, por lo que muchos graduados terminaron sus estudios sin las habilidades requeridas. Esta percepción se amplió con el déficit de profesionales en ingeniería, ya que no se llega a cubrir los 200 mil puestos que hay en el mercado, explicó Manuel Góngora, Director Académico de la Escuela de Ingeniería de Cibertec.

El acceso a la educación terciaria es otro cantar. De acuerdo con datos publicados a principios de abril por la Unidad de Estadística Educativa del MINEDU, solo el 30 % de los mayores de 15 años pueden beneficiarse de una formación universitaria, por lo que se planteó como solución inmediata la enseñanza superior a distancia.

Para ello, en febrero la SUNEDO lanzó una plataforma digital que permite a los estudiantes inscribirse en la modalidad “en línea”, que daría la oportunidad de obtener los certificados y títulos ofrecidos por las instituciones de educación superior a un número mayor de jóvenes, si se tiene en cuenta que solo el 18.2% de los jóvenes entre 22 a 24 años tienen acceso a la educación superior.

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