Es curioso observar que el Diccionario de la Real Academia no contempla el sustantivo ‘disrupción‘, sino sólo el adjetivo ‘disruptivo‘ que define de la siguiente manera:
Si nos fijamos en la definición que da
el Diccionario de la Real Academia, veremos que poco o nada tiene que
ver el término disruptivo, con la acepción que el ámbito educativo le
da.
¿Que entendemos por disrupción o conducta disruptiva en el aula?
La conducta disruptiva
es un modo de actuación inapropiado que dificulta el proceso de
enseñanza-aprendizaje por parte del profesor y perjudica el buen
funcionamiento del grupo así como la atención en el aula.
Podéis ver un ejemplo de Conducta disruptiva en este vídeo:
En muchas ocasiones, cuando nos
encontramos en clase, uno de los mayores problemas al que nos
enfrentamos los docentes es el continuo murmullo generado por los
alumnos. Coincidiréis conmigo en que es una situación muy molesta porque
el ruido que genera dificulta el buen desarrollo de la sesión lectiva.
Pero lo peor es que es un tipo de ruido que yo llamo de “baja
intensidad” y que no se supone lo suficientemente grave como para
sancionar individualmente a ningún alumno. La conducta disruptiva tiene
como inconveniente que no afecta a uno o dos alumnos, sino que
frecuentemente abarca un número considerable de alumnos de una clase. Ya
es molesto el propio ruido que genera el material escolar, los
pasillos, los motores del ordenador y de los proyectores…
Con
la disrupción el profesor pierde la concentración y el hilo de las
explicaciones, y los alumnos disminuyen enormemente el nivel de
atención.
Es por ello que en este
artículo me gustaría daros algunos consejos para evitar en la medida de
lo posible que en vuestras clases se produzca este tipo de conducta.
Consejos para evitar la disrupción o la conducta disruptiva en clase:
1. El tono de voz.
Cuando veas que la disrupción empieza en tu clase, no levantes la voz.
Cuando más alces la voz, mayor será el ruido que se producirá en el
aula. Este truco lo aprendí de un profesor de facultad en mi primer año.
En una clase de más de ochenta alumnos llegaba el profesor y había un
enorme ruido o disrupción en el aula. Este profesor empezaba a hablar
con un tono de voz más bajo de lo normal y se producía un efecto
asombroso. Al cabo de pocos segundos toda la clase estaba en silencio.
En ese momento iba aumentando paulatinamente su voz hasta adquirir un
tono normal. Con vuestros alumnos os recomiendo que hagáis lo mismo. Los
buenos alumnos os ayudarán y también pedirán a sus compañeros que
callen.
2. Posición en aula.
Cuando detectes una conducta disruptiva, rápidamente cambia de posición
en el aula. Te aconsejo que te pongas de pie delante de ellos y vayas
caminando por los pasillo de las mesas de los alumnos, y nunca sin
alzar la voz y nunca sin dejar de hablar. Ve paseando por toda la clase,
especialmente en las zonas en las que más hablen los alumnos. Mientras
caminas y hablas, a la vez fija la mirada en aquellos alumnos que estén
hablando. El efecto que se producirá te va a sorprender, porque casi con
toda seguridad callarán al instante.
3. Dictado.
Si ves que no puedes mantener el silencio en clase y no puedes evistar
la disrupción en clase, un buen recurso es cambiar la explicación de un
contenido por el dictado del mismo. Es importante que los alumnos no lo
perciban como un castigo, sino como algo que forma parte del proceso de
una clase lectiva. Cuando dictas contenido haces que el alumno se centre
por completo en copiar lo que dices y favorece el silencio en el aula.
4. Una narración.
Otro método que resulta francamente útil para disminuir la dirupcion es
contar una breve narración, historia o anécdota. Debéis intentar que se
ciña lo más posible al contenido que estáis dado. A los alumnos les
facina que los profesores contemos historias, que dejemos de ser
profesores para convertirnos en narradores. Intentad teatralizar la
historia que contéis y conseguiréis cautivarlos. ¿Acaso no somos los
docentes contadores de historias?
5. Actividades mecanizadas.
Otro recurso que podemos emplear para que baje el ruido en el aula
tiene que ver con las actividades de clase. Haz que los alumnos realicen
actividades mecanizadas, que no requieran mucho esfuerzo y se basen en
la repetición, en el ensayo error, en el copiado de algún contenido.
Nunca olvides que un alumno ocupado es un alumno silencioso.
No quisiera acabar este artículo sin haceros una pregunta que me parece fundamental acerca de la disrupción:
¿Qué porcentaje de culpa tenemos los profesores acerca de las conductas disruptivas de nuestros alumnos?
Es
importante que sepamos analizar por qué en determinadas clases nos
cuesta tanto mantener el silencio. Siempre he creído que las buenas
respuestas precisan de buenas preguntas. Aquí van algunas:
- ¿Abuso en mis sesiones lectivas de las clases magistrales?
- ¿Mi ritmo de explicación es el más acertado?
- ¿Mientras explico se producen continuamente silencios?
- ¿Qué posición ocupo normalmente en clase?
- ¿Cuál es mi actitud postural en el aula?
- ¿Qué transmite mi lenguaje no verbal?
- ¿Es la colocación de los alumnos en el aula la más acertada?
- ¿Influye que mi clase sea a última hora o entre descansos?
- ¿…?
Haceros
estas preguntas y otras preguntas, dadles respuesta y aplicad vuestras
respuestas en el aula. Tal vez así podáis mantener el silencio y hacer
mejores vuestras clases, más productivas, con una mayor atención y con
una mayor predisposición para el trabajo.
Espero que este artículo os haya sido de utilidadCOMENTA
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