28/06/2016
El Ministerio del Ambiente entregó
la resolución de reconocimiento del “Área de Conservación Privada
“Páramos y Bosques Montanos Chicuate Chinguelas” en Huancabamba.
Jessica Espinoza Villavicencio,
Coordinadora Territorial de Desarrollo Estratégico del SERNANP Servicio
Nacional de Áreas Naturales Protegidas, entregó la resolución al
presidente de la comunidad campesina Segunda y Cajas Eugenio Chinchay
Calderón.
La resolución crea el Área de
Conservación Privada “Páramos y Bosques Montanos Chicuate Chinguelas”,
que, por su extensión de más de 27 mil hectáreas, es la más grande de la
región y la tercera a nivel nacional.
Isela Torres Castillo, lideresa ronderil
del caserío de Huachumo en El Carmen de la frontera, señaló que el área
de conservación en su comunidad campesina, les brindará mayores
oportunidades de desarrollo.
Juan Alberto Rentería Rivera, presidente
de la Central Única Provincial de Rondas campesinas de Huancabamba,
dijo que con la nueva Área de Conservación Privada “la Comunidad
Campesina Segunda y Cajas asume mayor responsabilidad en el cuidado de
la naturaleza”.
La entrega de resolución se realizó en
el centro poblado Cajas Shapaya ubicado a 5 minutos de Huancabamba, el
mismo congregó a autoridades ronderiles y de las municipalidades de El
Carmen de la Frontera y Huancabamba.
Osos de anteojos y tapires andinos, dos especies en peligro de extinción, serán protegidas el área de conservación privada más grande de Piura.
El bosque montano y el páramo Chicuate–Chinguelas, un ecosistema de más de 27 000 hectáreas de extensión en el que predominan los bosques húmedos y se han registrado 487 especies de plantas (11 de ellas amenazadas), 162 especies de aves, 44 de mamíferos y 15 de réptiles, fueron reconocidos como área de conservación privada por el Estado Peruano, a través de la resolución ministerial N°138-2016-MINAM.
Localizados en el distrito del Carmen de la Frontera (Huancabamba, Piura), el área de conservación privada más grande de Piura,
es una muestra representativa del corredor de páramos y de los bosques
montanos de los Andes del Norte, donde habitan especies únicas como el tapir o ante, el oso de anteojos, tucanes y el ave nacional, el gallito de las rocas, entre otras especies.
También hay especies maderables de interés y valor comercial, y plantas de uso medicinal que son utilizadas por la población desde tiempos ancestrales.
El área de conservación Chicuate-Chinguellas es parte del territorio de la comunidad campesina Segunda y Cajas, con una población de 4 900 habitantes.
- En Chicuate-Chinguelas confluye una biodiversidad de los Andes y de la Amazonia caracterizada por la presencia de bosques húmedos y de páramos.
- Chicuate-Chinguelas es el área de conservación privada número 92 en el Perú, la más grande de las 4 que tiene la región de Piura.
- La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) ha calculado que administrar un área de conservación privada requiere de una inversión anual de 2 millones de dólares.
La comunidad campesina Segunda y Cajas en Piura cuenta desde el 4 de junio con un Área de Conservación Privada (ACP) que le asegurará agua, alimento, madera y medicina natural a una población que bordea las 4900 personas. La categorización de esta área es un paso importante para asegurar la protección de un ecosistema que alberga un sin número de especies.
El área de conservación Chicuate-Chinguelas concentra el 30 % de bosques húmedos y el 15 % de páramos de la región de Piura, así como el 30 % del circuito montañoso que se extiende desde Colombia. Además es hogar de innumerables especies amenazadas y en peligro de extinción como el ave nacional del Perú, el gallito de las rocas; el mono aullador rojo; el mono machín y el mono nocturno conocido como el tutachi, según Alberto Navarro de la ONG Naturaleza y Cultura.
Lo peculiar de esta ACP es que por localizarse en la zona andina de Piura, área en que confluyen los ecosistemas de la sierra y la selva, tiene una riqueza en biodiversidad impresionante. Lo importante de haber declarado esta nueva área de conservación privada es que aparte de la relevancia ecológica también brinda oportunidades económicas a la comunidad que vive alrededor.
Se puede elaborar una cadena de valor que dé una tarifa especial a la caña de azúcar y la granadilla, productos cosechados por los campesinos, para que la economía de la gente mejore”, explica Navarro.
Sin embargo, la buena noticia no borra los problemas que tuvo que enfrentar en el pasado la comunidad campesina de Segunda y Cajas. En el 2003 se registró un conflicto social porque muchos comuneros se opusieron a un proyecto minero llamado Río Blanco, que pretendía extraer cobre y molibdeno en una zona sensible del área. “Hubo muertos de por medio. El área de conservación se ha creado en todo ese ámbito que se pretendía proteger. Para muchos comuneros el área de conservación es una herramienta de defensa”, explica Navarro.
Las actividades extractivas no son la única amenaza. La expansión de la frontera agrícola pone en peligro el área de conservación, porque ocasiona un impacto en los bosques y en el área natural que es habitada por especies amenazadas como el mono aullador, que muchas veces ingresa a los hogares porque el suyo ya no existe y los pobladores los matan.
Los retos de un Área de Conservación Privada
Cuando uno desea gestionar un área de conservación privada, implica que el propietario se ha impuesto limitaciones para beneficiar la conservación del ecosistema en un lapso mínimo de 10 años o para siempre. “Para que te reconozcan el área de conservación privada tienes que tener como requisitos tu título de propiedad, la voluntad de conservación y un objetivo de conservación como un ecosistema, especies amenazadas o cuencas de agua”, explica a Mongabay, Bruno Monteferri, director de Conservamos por Naturaleza de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
Por lo tanto es sumamente importante, como señala Monteferri, que el Gobierno las promueva al costado de las áreas protegidas nacionales (ANP) “porque las ANP son como un núcleo, pero alrededor hay muchas otras que apoyan a la conservación, que serían las privadas. Lo importante es que gracias a las áreas de conservación privadas se han creado corredores de conservación, un puma no sabría cuáles son los límites de un área protegida por ejemplo”.
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