Panorama desolador para nuestros Piura: aportan más alimentos a todo el país, pero sus ciudadanos sufren de desnutrición y anemia. Paradójica realidad con la que el Gobierno debería luchar de cara al bicentenerario. El país debe mejorar.
Contradicciones. Es una de las regiones que más alimentos aporta al país, pero estas enfermedades han causado la muerte de 465 menores en el 2015. Las causas están relacionadas, en su mayoría, por bajo peso al nacer. Programa Mundial de Alimentos desarrolla proyecto para la promoción de buenos hábitos.
Anamelba Meca ha aprendido por necesidad a prevenir la anemia y desnutrición crónica de sus cinco hijos con menos de 10 soles que gana al día lavando ropa. Ella es madre soltera y vive en medio del caluroso desierto del caserío Suchis, en Piura, donde no hay agua, luz, ni desagüe.
Hace un año, una promotora nutricional de un programa internacional le enseñó a preparar platos en base a la sangre de pollo, un alimento que puede alzar enormemente el nivel del hierro en la sangre. En casa solo se comía arroz con huevo en el almuerzo y no se tomaba leche a diario. Los niños sufrían constantemente de estreñimiento, cólicos y deshidratación. Pero con el apoyo que recibió, Anamelba aprendió a darle todos los días hígado y sangre de pollo a sus hijos y logró elevar el hierro en la sangre. "Mis bebés están sanitos, felizmente. En el centro de salud me felicitan porque mis gemelos están bien de peso, talla y crecimiento", comenta emocionada.
Piura es una de las regiones que más alimentos aporta al Perú (por actividades relacionadas a la pesca, ganadería y agricultura); sin embargo, registra un alto índice de anemia y desnutrición crónica infantil.
Casi el 36 % de los niños de 6 a 36 meses tiene anemia y un 20.3% de los niños menores de 5 años padece de desnutrición crónica, según el Endes 2015 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Otro dato que preocupa es el bajo peso al nacer. En la región se dan con más frecuencia nacimientos con menos de 2.5 kilogramos. Entre el 2014 y 2015 el bajo peso al nacer pasó de 9.7 a 10.4%. Es decir, aumentó en 0.7%. Así, las madres, al estar mal alimentadas, inician el embarazo con baja hemoglobina. Pero eso no es todo.
La desnutrición crónica en Piura provocó la muerte de 465 niños menores en el 2015. Las causas de muerte estuvieron relacionadas, en su mayoría, por bajo peso al nacer (392); por infecciones respiratorias relacionadas a la neumonía (50) y por infecciones parasitarias como la diarrea (23).
"Y es que un niño con desnutrición crónica tiene más probabilidades de contraer infecciones dado que su sistema inmunológico tiene menos defensa que un niño bien nutrido", explica María Luisa Vásquez Atoche, directora ejecutiva de Promoción de la Salud de la Dirección Regional de Salud (Diresa) Piura.
Falta de agua y hábitos
El problema de la desnutrición crónica y anemia en Piura está relacionada con la falta de agua, malos hábitos alimenticios y creencias erróneas.
En la provincia de Sechura, por ejemplo, no se tiene agua las 24 horas. Eso hace que la población almacene agua en baldes de forma inadecuada y viva en condiciones insalubres y estén más expuestos a desarrollar infecciones como diarrea, varicela, dengue.
Por otro lado, el sector salud tiene poca disponibilidad de personal. Según la Diresa Piura, por cada 10 mil habitantes solo existen tres médicos, cinco enfermeras y tres obstetras.
Ante ello, se prioriza más la asistencia médica en los establecimientos de salud y se deja de lado la labor preventiva de la anemia y desnutrición, tanto en niños como en gestantes.
Por ejemplo, se hacen muy pocas visitas domiciliarias para vigilar si las madres están dando los micronutrientes (chispitas multivitamínicas) en la alimentación diaria del niño.
El consumo de estas chispitas es fundamental en niños menores de tres años porque aportan hierro y vitaminas que ayudan a evitar la anemia y desnutrición.
A pesar de que los médicos y las enfermeras explican a las madres que tienen que combinar estas chispitas con las papillas de los bebés todos los días, no siempre lo hacen o botan los sobres porque piensan que les va a hacer daño a sus hijos, ya que las heces salen oscuras. "Hay un problema cultural que tenemos que combatir. Es necesaria una mayor sensibilización", dice la obstetra Zarela Larrea.
Daños irreversibles
El periodo fundamental para prevenir la desnutrición del niño es durante el embarazo y en los dos primeros años de vida. Eses es el periodo que se conoce como los 1.000 días críticos para la vida.
En esta etapa es cuando se produce el desarrollo básico del niño, por lo que la falta de una alimentación adecuada producirá daños físicos y cognitivos irreversibles que afectarán a la salud y al desarrollo intelectual del niño para el resto de su vida, explica Karin Schmitt, funcionaria del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Ante la falta de sensibilización de buenos hábitos alimenticios e higiene, el PMA –que es la agencia de las Naciones Unidas que asesora al Perú para una mejor alimentación de sus habitantes– está desarrollando un proyecto llamado Prosan (Promoción de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en Sechura) en la provincia de la región Piura.
Este proyecto cuenta con el apoyo financiero del Fondo Social del Proyecto Integral Bayóvar (Fospibay), entidad que ejecuta programas de carácter social gracias al aporte de las empresas mineras en Piura. También trabaja de la mano con el sector salud y la Municipalidad Provincial de Sechura desde el 2015.
Las promotoras de nutrición del Prosan ayudan al personal de salud en la vigilancia de la repartición de los micronutrientes en la alimentación diaria de los niños y también en la enseñanza de buenos hábitos alimenticios.
"La sangrecita de pollo muchas veces es mal vista, pero le damos a conocer a las madres que se puede comer bien, gastando muy poco", precisa una de las promotoras. Los resultados del Prosan para la reducción de anemia y desnutrición aún se verán en el 2018. Pero una prueba de su labor es la nutrición de los hijos de doña Anamelba.
Prosan busca beneficiar a más de 4 mil 600 familias rurales
Para asegurar la alimentación de las futuras generaciones, el Prosan ayuda a las familias y asociaciones más vulnerables de la provincia de Sechura en la creación de sus propios negocios llamados 'módulos productivos'.
Se les da semillas, asistencia técnica, capacitaciones y formalización con la ayuda de la Municipalidad Provincial de Sechura.
El proyecto Prosan se inició en el 2015 y durará hasta el 2018 y beneficiará a alrededor de 4 mil 600 familias rurales que llevan a cabo actividades productivas de autoconsumo en los seis distritos de Sechura.
Entre los principales resultados del Prosan se prevé disminuir la desnutrición infantil y la anemia en las familias y fortalecer la capacidad de los gobiernos y las comunidades para diseñar, gestionar y ampliar los programas de nutrición.
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