Hoy miércoles 27 de julio, a las 7 de la mañana, será el homenaje por el 182 aniversario del natalicio del peruano del milenio almirante Miguel Grau en la plaza que lleva su nombre. Posteriormente, se realizará una sesión solemne en la Casa Museo Grau.
Por la noche, a las 7 pm, el Ejército escenificará la Proclamación de la Independencia del Perú por el general Don José de San Martín.
Quienes deseen participar se les pide llevar una pequeña bandera del Perú. La escenificación iniciará en la plazuela de la iglesia San Sebastián, luego en el óvalo Bolognesi, la plaza u óvalo Grau y finalmente en la Plaza de Armas.
A las 8 de la noche se llevará a cabo la serenata a la Patria en el frontis del municipio con la participación de artistas locales y regionales.
Miguel Grau Seminario fue un marino peruano, almirante de la Marina de Guerra del Perú y destacado héroe peruano. Una encuesta a fines del siglo XX, lo denominó'El peruano del Milenio', merced a su muestra de valor durante la disputa de la Guerra del Pacífico.
Miguel Grau Seminario es considerado héroe máximo de la Marina de Guerra del Perú y de la nación peruana.
Nacido el 27 de Julio de 1834, Miguel Grau fue hijo del teniente coronel gran colombiano (más tarde nacionalizado peruano) Juan Manuel Grau y Berrío, natural de Cartagena de Indias, que llegó al Perú formando parte del ejército del Libertador Bolívar, y de María Luisa Seminario y del Castillo, piurana de nacimiento.
Nacido el 27 de Julio de 1834, Miguel Grau fue hijo del teniente coronel gran colombiano (más tarde nacionalizado peruano) Juan Manuel Grau y Berrío, natural de Cartagena de Indias, que llegó al Perú formando parte del ejército del Libertador Bolívar, y de María Luisa Seminario y del Castillo, piurana de nacimiento.
Primeros contactos con el mar:
En el puerto de Paita (Piura) funciona la escuela náutica que había fundado Agustín Gamarra, con la finalidad de formar pilotos capaces de dirigir con acierto la marina mercante nacional peruana. Al pequeño Miguel, que sólo tenía ocho años, le fascinó la inmensidad del océano por lo que su vocación naval empezó a desarrollarse.
Miguel Grau fue educado con dureza por su padre, consiguiendo templar su carácter y acerar su voluntad. En marzo de 1843, obtuvo el permiso paterno para embarcarse en un bergantín dedicado al tráfico marítimo entre Paita y otros puertos del litoral peruano y de los países del norte hasta Panamá. A los nueve años, Grau logró imponer su voluntad y se hace marino.
Tras su regreso para continuar con sus estudios primarios, Grau volvió a sentir nostalgia por el mar y se embarcó nuevamente, quedando consagrada la carrera náutica de Grau. Durante los viajes, aprendió la ciencia y el arte de la navegación. De regreso al Perú, se instaló en Lima, para reanudar sus estudios con el fin de ingresar a la Marina de Guerra del Perú.
En 1854, inició su carrera naval como guardiamarina, graduándose como alférez de fragata en 1856.
Conflicto con España y vida política:
En 1858 participó a favor de la revolución del General Vivanco en contra del gobierno de Ramón Castilla. Sin embargo, el movimiento fracasó y Grau fue separado de la armada regresando a la Marina Mercante, trabajo que le valió para realizar viajes por el mundo entero.
En 1862 se reincorporó a la armada y dos años después fue comisionado en misión oficial a Europa para la adquisición de buques de guerra para la Escuadra. Estando el Francia, fue nombrado para hacerse cargo de la recién adquirida corbeta Unión y en dicha nave inicia su viaje hacia el Perú en febrero de 1865.
Con la declaración de guerra a España el 14 de enero de 1866, la corbeta Unión y otras naves peruanas se hallaban en aguas chilenas, conformando la denominada Flota Aliada, la misma que el 7 de febrero del mismo año, se batió contra una división española en el Combate de Abtao. Para esa jornada, Grau era ya capitán de fragata.
Posterior al conflicto con España, Grau contrajo matrimonio con la dama limeña Dolores Cabero, con quien tuvo diez hijos. En 1868 se reincorporó a la Armada, siendo nombrado comandante del Monitor Huáscar.
En 1876 incursionó en la política activa. Fue miembro del Partido Civil y en la Cámara de Diputados, se desempeñó como Diputado por el departamento de Paita, dejando el comando del Huáscar durante dos periodos legislativos.
En 1877 fue nombrado por el presidente Mariano Ignacio Prado Comandante General de la Marina. Al año siguiente, presentó una Memoria de Marina al Gobierno, documento en el que se informaba y evaluaba la situación general de la Armada tanto en lo material como en lo personal.
Participación en la Guerra del Pacífico:
Al estallar la guerra con Chile, fue destinado nuevamente al mando del Huáscar. Grau era consciente que Chile contaba con mejores naves en su Escuadra de las que poseía el Perú. Pese a ello supo aprovechar los recursos ofensivos del buque y la capacidad combativa de su valerosa tripulación para pasearse frente a costas enemigas durante seis meses como si su Escuadra no existiese, amenazando las líneas de comunicaciones marítimas que sustentaban el esfuerzo bélico chileno.
El primer episodio importante durante la campaña marítima se llevó a cabo el 21 de mayo de 1879, cuando el monitor Huáscar y la fragata Independencia se enfrentaron a buques chilenos en el puerto de Iquique, combate donde Grau mostró su grandeza de espíritu: tras hundir a la corbeta Esmeralda, ordenó salvar a los sobrevivientes del buque vencido.
El 3 de junio es avistado por el blindado Blanco Encalada y la cañonera Magallanes, pero logra escapar después de un corto duelo de artillería. Durante la noche del 10 de julio penetra en Iquique y ataca a las unidades navales que bloquean el puerto. La cañonera Magallanes logra eludir al Huáscar. Pero, ante la probabilidad de tener que enfrentar al blindado Cochrane, el comandante Grau decide regresar al puerto de Arica.
A principios de octubre, la Escuadra chilena se halla lista para llevar a cabo un plan concebido para capturar al Huáscar, y este se pone en marcha. El momento final llega en la madrugada del 8 de octubre, cuando aproximadamente a las 3:30 horas, el Huáscar y la Unión, que llegaban de Antofagasta, divisaron tres humos, constatando después que se trataba de naves enemigas.
Grau actuó como otras veces, ya que no había otra posibilidad, y enrumbó hacia el Este para continuar luego al Norte. A las 7:15 horas distinguió otros tres humos provenientes del Norte, que eran el Cochrane, la O'Higgins y el Loa que navegaban hacia la división peruana para cerrarles el paso.
A los veinte minutos de iniciada la acción, una granada lanzada desde el Cochrane impactó en la torre del comandante, volando por los aires al Almirante Grau y dejando moribundo al teniente primero Diego Ferré, que le servía de ayudante.
El Combate continuó con coraje por parte de los defensores del Huáscar, cuyo blindaje no tenía resistencia ante las poderosas baterías de las naves chilenas. El combate fue tenaz y sostenido, y se sucedieron en el comando de la nave peruana varios de sus oficiales que caerían muertos durante la contienda, hasta que el último de ellos, el teniente primero Pedro Garezón, ordenó inundar el buque para evitar su captura.
Con el sacrificio de Miguel Grau, concluye la vida de uno de los más ilustres peruanos de todos los tiempos. El historiador Jorge Basadre dijo en una oportunidad: “Miguel Grau Seminario fue un hombre comprometido con su tiempo, con su país y sus valores. Fue honesto y leal con sus principios, defendió el orden constitucional y fue enemigo de las dictaduras. El héroe de Angamos siempre estuvo en la línea de afirmación de las normas morales y las tradiciones de la república. Honrado en el camarote y en la torre de mando, lo es también en el salón y en el hogar”.
Al estallar la guerra con Chile, fue destinado nuevamente al mando del Huáscar. Grau era consciente que Chile contaba con mejores naves en su Escuadra de las que poseía el Perú. Pese a ello supo aprovechar los recursos ofensivos del buque y la capacidad combativa de su valerosa tripulación para pasearse frente a costas enemigas durante seis meses como si su Escuadra no existiese, amenazando las líneas de comunicaciones marítimas que sustentaban el esfuerzo bélico chileno.
El primer episodio importante durante la campaña marítima se llevó a cabo el 21 de mayo de 1879, cuando el monitor Huáscar y la fragata Independencia se enfrentaron a buques chilenos en el puerto de Iquique, combate donde Grau mostró su grandeza de espíritu: tras hundir a la corbeta Esmeralda, ordenó salvar a los sobrevivientes del buque vencido.
El 3 de junio es avistado por el blindado Blanco Encalada y la cañonera Magallanes, pero logra escapar después de un corto duelo de artillería. Durante la noche del 10 de julio penetra en Iquique y ataca a las unidades navales que bloquean el puerto. La cañonera Magallanes logra eludir al Huáscar. Pero, ante la probabilidad de tener que enfrentar al blindado Cochrane, el comandante Grau decide regresar al puerto de Arica.
A principios de octubre, la Escuadra chilena se halla lista para llevar a cabo un plan concebido para capturar al Huáscar, y este se pone en marcha. El momento final llega en la madrugada del 8 de octubre, cuando aproximadamente a las 3:30 horas, el Huáscar y la Unión, que llegaban de Antofagasta, divisaron tres humos, constatando después que se trataba de naves enemigas.
Grau actuó como otras veces, ya que no había otra posibilidad, y enrumbó hacia el Este para continuar luego al Norte. A las 7:15 horas distinguió otros tres humos provenientes del Norte, que eran el Cochrane, la O'Higgins y el Loa que navegaban hacia la división peruana para cerrarles el paso.
A los veinte minutos de iniciada la acción, una granada lanzada desde el Cochrane impactó en la torre del comandante, volando por los aires al Almirante Grau y dejando moribundo al teniente primero Diego Ferré, que le servía de ayudante.
El Combate continuó con coraje por parte de los defensores del Huáscar, cuyo blindaje no tenía resistencia ante las poderosas baterías de las naves chilenas. El combate fue tenaz y sostenido, y se sucedieron en el comando de la nave peruana varios de sus oficiales que caerían muertos durante la contienda, hasta que el último de ellos, el teniente primero Pedro Garezón, ordenó inundar el buque para evitar su captura.
Con el sacrificio de Miguel Grau, concluye la vida de uno de los más ilustres peruanos de todos los tiempos. El historiador Jorge Basadre dijo en una oportunidad: “Miguel Grau Seminario fue un hombre comprometido con su tiempo, con su país y sus valores. Fue honesto y leal con sus principios, defendió el orden constitucional y fue enemigo de las dictaduras. El héroe de Angamos siempre estuvo en la línea de afirmación de las normas morales y las tradiciones de la república. Honrado en el camarote y en la torre de mando, lo es también en el salón y en el hogar”.
Legado de Miguel Grau:
''Miguel Grau Seminario fue un hombre comprometido con su tiempo, con su país y sus valores. Fue honesto y leal con sus principios, defendió el orden constitucional y fue enemigo de las dictaduras. El héroe de Angamos siempre estuvo en la línea de afirmación de las normas morales y las tradiciones de la república. Honrado en el camarote y en la torre de mando, lo es también en el salón y en el hogar." (Jorge Basadre Grohmann).
Miguel Grau es recordado y valorado en Perú, Chile y Bolivia y su nombre está presente en calles de Santiago de Chile. Pese a haber convivido en guerra, en territorio chileno se le reconoce a Grau su hidalguía, caballerosidad y humildad durante el conflicto bélico.
En el Perú, en la sede del Congreso, se encuentra una réplica del escaño que ocupó mientras fue diputado nacional. Grau actuó en la Guerra del Pacífico pidiendo licencia al Parlamento y como falleció en combate, nunca su pudo reintegrar al trabajo en el Legislativo.
Además, como muestra de respeto y homenaje, el nombre de ''Miguel Grau'' es el primero que se llama al momento de pasar lista a los congresistas.
Orden Gran Almirante Grau:
Esta Orden fue creada el 13 de agosto de 1969 mediante Decreto Supremo durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, como condecoración de la Marina de Guerra del Perú. Esta orden es concedida por el Presidente de la República en los grados de "Gran Cruz Especial" y "Gran Cruz" y por el Ministerio de Defensa, como Canciller de la Orden, en los demás grados.
Casa Museo Almirante Miguel Grau:
Ubicado en la residencia del héroe peruano, se exhibe muebles de la época, réplicas del Huáscar, fotografías de la familia de Miguel Grau y varios artículos relacionados a su persona.
Miguel Grau es recordado y valorado en Perú, Chile y Bolivia y su nombre está presente en calles de Santiago de Chile. Pese a haber convivido en guerra, en territorio chileno se le reconoce a Grau su hidalguía, caballerosidad y humildad durante el conflicto bélico.
En el Perú, en la sede del Congreso, se encuentra una réplica del escaño que ocupó mientras fue diputado nacional. Grau actuó en la Guerra del Pacífico pidiendo licencia al Parlamento y como falleció en combate, nunca su pudo reintegrar al trabajo en el Legislativo.
Además, como muestra de respeto y homenaje, el nombre de ''Miguel Grau'' es el primero que se llama al momento de pasar lista a los congresistas.
Orden Gran Almirante Grau:
Esta Orden fue creada el 13 de agosto de 1969 mediante Decreto Supremo durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, como condecoración de la Marina de Guerra del Perú. Esta orden es concedida por el Presidente de la República en los grados de "Gran Cruz Especial" y "Gran Cruz" y por el Ministerio de Defensa, como Canciller de la Orden, en los demás grados.
Casa Museo Almirante Miguel Grau:
Ubicado en la residencia del héroe peruano, se exhibe muebles de la época, réplicas del Huáscar, fotografías de la familia de Miguel Grau y varios artículos relacionados a su persona.
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