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miércoles, 27 de julio de 2016

Hugo Chávez llegó al Perú en 1974 como cadete y se inspiró en el velasquismo


VIEJO CONOCIDO. Una historia de las relaciones que el ex jefe del Estado venezolano mantuvo en los últimos veinte años con Alberto Fujimori y Ollanta Humala.


La primera vez que Hugo Chávez Frías llegó al país lo hizo como cadete para recibir cursos en la Escuela Militar de Chorrillos , en 1974, un año especialmente significativo porque marcaría el rumbo del futuro jefe del Estado venezolano.

Chávez estuvo en Lima en plena ebullición de la revolución velasquista, que influiría decisivamente en su formación ideológica. Estuvo presente en la celebración delSesquicentenario de la Batalla de Ayacucho organizada por el gobierno del generalJuan Velasco Alvarado , el 9 de diciembre de 1974. En esa ocasión los militares exaltaron el papel de Simón Bolívar como inspirador del proceso revolucionario peruano.

No mucho después, espoloneado por sus ideas revolucionarias, Chávez fundó en 1982 el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, como tributo por el bicentenario del nacimiento de Bolívar.

Con un proyecto revolucionario cuajado entre manos, el 4 de febrero de 1992 Hugo Chávez encabezó un golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez , un episodio que lo volvería a acercar al Perú.

ACOGIDOS EN LIMA 

En efecto, el 27 de noviembre de 1992, un grupo de militares chavistas, encabezados por el general Francisco Visconti, consumó sin fortuna otra asonada contra el mandatario Pérez en busca de la liberación del encarcelado Chávez. Una vez conjurada la intentona, los militares fugaron en avión hasta Iquitos. El régimen de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos secretamente los acogió y dio refugio en Lima.

Una de las versiones que explican por qué Fujimori  decidió otorgar asilo a los militares venezolanos es que cuando Hugo Chávez estuvo en el Perú en 1974 estrechó relaciones con oficiales del Ejército que en 1992 eran parte de la cúpula que manejaba Montesinos.

Después de la excarcelación de Chávez, en mayo de 1994, los militares venezolanos retornaron a su país para sumarse al proyecto político que lo llevó a la presidencia en 1999. No mucho después, al año siguiente, cuando se derrumbó el régimen de Fujimori, Hugo Chávez reapareció en la historia del Perú.

Al fugar Montesinos del país se ocultó en Caracas, bajo la protección de sectores militares chavistas reclutados por el embajador peruano en Venezuela, nada menos que el ex jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), general EP  (r) Julio Salazar Monroe , un hombre completamente servicial al ex asesor de Fujimori. Sin embargo, Hugo Chávez siempre declaró que no protegía a Montesinos.

Curiosamente, el 29 de octubre del 2000, en circunstancias en que Vladimiro Montesinos escapaba del Perú, el entonces comandante EP Ollanta Humala Tasso se levantó en armas contra el régimen de Fujimori, que tenía el respaldo de Hugo Chávez.

RESPALDO BOLIVARIANO 

No pasaron muchos años para que Humala se acercara a Chávez.

En plenas elecciones presidenciales del 2006, el candidato Ollanta Humala visitó a Chávez en Caracas y este públicamente expresó su respaldo, lo que para algunos analistas políticos confirmaba que el líder nacionalista se perfilaba como un seguidor de su proyecto político bolivariano y que su eventual gobierno sería parte del “eje chavista”.

Las elecciones las ganó Alan García , que guardaba antipatía por Chávez, debido a que encabezó asonadas contra el presidente Carlos Andrés Pérez, amigo íntimo del ex mandatario aprista y padrino de su hijo Alan Simón.

Pero es en el gobierno de García que comienzan a aparecer en distintas partes del país las llamadas Casas de Alba, una suerte de centro de servicios comunitarios gratuitos financiados con fondos chavistas. Para el oficialismo, las “Casas de Alba” eran una forma de penetración de la ideología de Hugo Chávez.

Con el triunfo de Humala en el 2011, Chávez dijo que la victoria, como nacionalista y bolivariano, también era suya. De hecho, en enero del 2012, en uno de los últimos encuentros que sostuvieron, Humala obsequió a Chávez el libro La voz de la Revolución, una compilación de los discursos del general Juan Velasco Alvarado. Fue como recordar su estancia en Lima en 1974.

ENFOQUE

Chávez, al final de cuentas

Jon Lee Anderson
Internacionalista 

¿Qué ha quedado después de Chávez? Un gran hueco para los millones de venezolanos y otros latinoamericanos, en su mayoría pobres, que lo veían como a un héroe y un protector, alguien que “se preocupaba” por ellos de un modo en que ningún otro líder de América Latina lo había hecho en el recuerdo reciente.

Para ellos ahora habrá la desesperación y la angustia de que no aparecerá otro como él, no con un corazón tan grande y un espíritu tan radical, en el futuro previsible. Y probablemente tengan razón. Pero también lo es que el chavismo todavía no ha mostrado resultados. El designado sucesor de Chávez, Maduro, indudablemente intentará continuar la revolución, pero los no atendidos problemas sociales y económicos del país se están acumulando y parece probable que, en un futuro no tan distante, la desazón por la pérdida del líder se extenderá a la revolución inconclusa que dejó tras de sí.
El caudillo avasallador e imbatible 
Juan Jesús Aznarez
El País

Pocos negaron a Chávez una sincera empatía con los marginados, mayoritariamente de origen africano, que abrazaron la causa bolivariana con la gratitud y fidelidad de quienes se sintieron vindicados frente a la tradicional supremacía del poder criollo. Fue un jefe brillante, imprevisible, contradictorio, errático, afecto al darwinismo social, construido para la confrontación.
Sin ideología claramente definida era muy desorganizado. El gallo que solo escuchaba su propia voz y, a veces, la de Fidel Castro, murió imaginándose en la historia junto a Simón Bolívar, a la vera de José Martí, Ernesto Guevara, Georgi Plejánov o el general peruano Juan Velasco Alvarado. “Dame tu corona Cristo, dámela, que yo sangro. Dame tu cruz, cien cruces, que yo las llevo, pero dame vida”, rezó ante la imagen del Nazareno coronado de espinas.

EN CIFRAS 

1974 Llega Chávez a Lima y estudia en la Escuela Militar de Chorrillos.

1992 Llega un grupo de militares chavistas y Fujimori los acoge.

2000 Vladimiro Montesinos se fuga y se oculta en Caracas.

2006 Hugo Chávez respalda al candidato nacionalista Humala.


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