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viernes, 31 de marzo de 2017

LAS LLUVIAS NO VAN A CESAR EN ABRIL (SEGÚN NUEVO ESTUDIO ENFEN)// PERDIDAS MILLONARIAS

EL NIÑO HASTA MAYO

El fenómeno El Niño costero continuará presente en el litoral norte del país hasta mayo, pero la intensidad de las precipitaciones pluviales irán disminuyendo durante abril.
Así lo informó el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen), en su comunicado N° 7 emitido el 29 de marzo.
Piura está pasando sus peores momentos, la gente quiere que esto acabe, pero al parecer Piura seguirá siendo castigada por la madre naturaleza y el proceso de recuperación será muy lento, se estima que tienen que pasar 4 años para que Perú se recupere.

Sigamos leyendo:

El documento revela que “para las próximas semanas, se espera que la temperatura superficial del mar frente a la costa norte disminuya, pero sus anomalías positivas (calentamiento) podrían persistir al menos hasta el mes de mayo, prolongándose la duración de El Niño costero. No obstante, la probabilidad de lluvias muy fuertes en zonas medias y bajas de la costa entre Tumbes y La Libertad irá reduciéndose”.

Los negocios en Piura tienen muchas perdidas, la economía en Piura está resquebrajada.

El impacto de El Niño costero sobre la economía peruana sigue creciendo. La consultora Maximixe presentó un nuevo balance de pérdidas, que suma S/17,300 millones, es decir, poco más de US$5,000 millones. “Solo en Piura, la infraestructura colapsada, inhabilitada y afectada implicaría una pérdida de S/5,600 millones, mientras que en Lima rondaría los S/4,000 millones y en el resto del Perú, S/7,700 millones”, afirmó la entidad.


Los cálculos de Maximixe superan el anterior balance, elaborado por Macroconsult hace una semana, que arrojaba daños por US$3,124 millones.

Estos daños deben leerse como un proceso de desinversión o inversión negativa, explica Carlos Casas, economista de la Universidad del Pacífico (UP). Con la reconstrucción, que puede durar tres o cuatro años, se tratará de reponer el stock de capital que existía hace tres meses.

En ese sentido, el desastre dañará la capacidad de crecimiento del país en el largo plazo, pues se han perdido activos que contribuían a la productividad.

El panorama para el crecimiento a corto plazo, sin embargo, tiene efectos que se contrarrestan. Por el lado negativo, el Banco Central de Reserva identifica en su último reporte de inflación varios sectores cuya producción se ha visto afectada en distintas magnitudes y principalmente en el norte: el agro, la pesca, el transporte y el comercio.
No obstante, como explica Casas, el esfuerzo de reconstrucción contribuirá positivamente a la demanda agregada a través de una mayor inversión pública para recuperar la infraestructura. También podría esperarse un mayor consumo privado por la reconstrucción de viviendas.

Ante dicho panorama, Francisco Grippa, economista principal del BBVA Research, considera que las estimaciones de crecimiento para este año se revisarán a la baja, pero habrá un “rebote natural” en el 2018 porque los sectores afectados entre febrero y abril recuperarán su producción habitual de dicho período.

Macroconsult y Maximixe ya adelantaron sus recortes en las previsiones del PBI para el 2017. La primera bajó su estimado de 3.5% a 2.9%, mientras que la segunda lo hizo de 3.8% a 3.1%, pero advirtiendo que podría llegar hasta 2.4% si las anomalías climáticas se prolongan hasta mayo.

En tanto, la calificadora Moody’s ha sido menos pesimista y mantuvo su proyección en 3.7%. Explicó que consideró elevar la cifra a 4% luego del lanzamiento del plan de estímulo fiscal. Sin embargo, el impacto del paquete será neutralizado por las disrupciones generadas por El Niño costero.

Déficit y riesgo

La reconstrucción hará imposible mantener la meta de un déficit fiscal de 2.5% del PBI, sostiene Carlos Oliva, director de la Maestría de Gestión Pública de la UP. “No debemos asustarnos si el déficit aumenta porque la fortaleza del fisco nos permite financiarlo”, anota.


Casas opina que no deberían usarse muchos recursos del Fondo de Estabilización Fiscal (FEF) para enfrentar la reconstrucción, sino apelar a la reserva de contingencia (que tiene S/3,472 mlls.) y a las líneas de crédito con el BID y el Banco Mundial. “[El FEF] es un signo de la fortaleza de la economía para soportar choques externos”, argumenta.

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