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miércoles, 27 de septiembre de 2017

MALOS PROFESORES DE LA UNP SON SANCIONADOS

Según declaraciones del rector César Reyes Peña, ocho docentes de la UNP han sido sancionados por actos de corrupción.

La autoridad universitaria aclaró que este problema no es de ahora, por lo que aseguró que desde hace buen tiempo vienen tomando las medidas respectivas contra estos catedráticos.
“Nosotros hemos separado por un año a un profesor de Ingeniería Industrial; es el profesor Tulio Vignolo. Igual al profesor Huamanchumo, que, a pesar de ser nombrados, han sido sancionados con un año fuera de la universidad”, señaló.
Al referirse al caso del profesor, Emilio Arteaga, que ha sido sancionado a cuatro años de prisión suspendida, también será sancionado en en la UNP.

En ese sentido, Reyes Peña explicó que el Tribunal de Honor cumple con emitir un informe, que es evaluado por el Consejo Universitario, y deciden qué tipo de sanción se le aplica al docente acusado.

Asimismo, el rector informó que también han sancionado a estudiantes que han estado involucrados en estos actos de corrupción.

Recordemos que todo este destape empezó por una publicación de una página de Facebook. Diario El Tiempo empezó a investigar el caso y muchos casos empezaron a salir a la luz.

La página de Facebook “Memes UNP” publicó el 12 de setiembre de 2017 una denuncia un tanto jocosa: la profesora de la Universidad Nacional de Piura, Beneranda Carrasco, informó las quejas de padres de familia y rumores sobre presuntos cobros de docentes para aprobar los cursos.

La maestra se refería, pues, a la Facultad de Ingeniería de Minas. Diario El Tiempo se contactó con dos alumnas de esta área (quienes pidieron mantener su identidad en reserva) y nos contaron que, efectivamente, docentes de Física, Estadística o Geología cobran dinero a los alumnos para aprobarlos.


Al día siguiente, 13 de setiembre, el decano de esta facultad, Orlando Zapata Coloma, aseguró a El Tiempo que ya está haciendo una “investigación”, como consejo de facultad, respecto a los presuntos cobros que habrían hecho profesores a los estudiantes. No quiso dar detalles ni nos contestó llamadas o preguntas posteriores.

La página de Facebook “Memes UNP” publicó el 12 de setiembre de 2017 una denuncia un tanto jocosa: la profesora de la Universidad Nacional de Piura, Beneranda Carrasco, informó las quejas de padres de familia y rumores sobre presuntos cobros de docentes para aprobar los cursos.

La maestra se refería, pues, a la Facultad de Ingeniería de Minas. Nos contactamos con dos alumnas de esta área (quienes nos pidieron mantener su identidad en reserva) y nos contaron que, efectivamente, docentes de Física, Estadística o Geología cobran dinero a los alumnos para aprobarlos.


Al día siguiente, 13 de setiembre, el decano de esta facultad, Orlando Zapata Coloma, aseguró a El Tiempo que ya está haciendo una “investigación”, como consejo de facultad, respecto a los presuntos cobros que habrían hecho profesores a los estudiantes. No quiso dar detalles ni nos contestó llamadas o preguntas posteriores.

Zapata indicó que, si bien no hay pruebas contundentes hasta el momento, han pedido ya las actas y registros universitarios de las personas involucradas. Las denuncias empezaron a crecer, efectivamente, en los comentarios de la publicación de nuestra denuncia en la página de Facebook de El Tiempo. Los denunciantes, entre ellos docentes, alumnos y exalumnos de esta casa de estudios, referían una especie de sistema de corrupción: “No es novedad, eso siempre se ha sabido“; “Deberían investigar en Ingeniería Electrónica“; “Investiguen los regalitos que dan (a los profesores) ciertos grupos de chicas“…unos 171 comentarios. ¿Cuál es ese sistema? ¿O cuáles son? ¿Cómo comprobarlo? ¿Por qué la gente no denuncia formalmente? ¿Hay temor? A continuación las reacciones que generó la denuncia de El Tiempo:

El post pude revisarse en este enlace:


https://www.facebook.com/eltiempopiura/posts/1840015929349660


Primera forma: las citas

Durante nuestras indagaciones con alumnos (no querían que se revelen sus nombres por temor a represalias), determinamos una primera forma de hacer corrupción: las citas. El docente les ordenaba a los estudiantes ir a zonas cercanas de su vivienda, como un parque, y allí pagar para aprobar los cursos. En otras ocasiones podían hacer el trance corrupto en una cebichería. Todo sitio valía, menos en la UNP.
Mientras tanto, tomamos conocimiento de que la Dirección contra la corrupción (Dircocor) de la Policía Nacional del Perú y el Ministerio Público pisaban los pasos corruptos de un docente. Un alumno se animó a denunciar. Así que mantuvimos la prudencia.
El 18 de setiembre cerca al mediodía cayó, pues, el primer pez gordo. Los agentes de la Dircocor y Ministerio Público intervinieron al docente Walter Emilio Arteaga Arámbulo, de la Facultad de Ingeniería de Minas, por haber solicitado 80 soles a 41 alumnos para aprobarlos en el curso “Proyectos e Informes Geológicos”. Es decir, cada alumno abonaría el dinero pedido: 3.280 soles rapiditos, fáciles, ilegales, sucios.
El universitario denunciante llamó al teléfono móvil del profesor Arteaga Arámbulo. Este le dice que, por “ser buen alumno”, no le cobraría, pero sí a un compañero suyo. El trance del dinero debía ejecutarse en el centro comercial Plaza de la Luna –esquina de Av. Grau con Gulman-. Llegó hasta allí y le entregó el dinero al docente. Feliz estaba, mas no pensó que en ese mismo momento los agentes lo intervinieron. El dinero ilegal estaba dentro de un pequeño maletín.
A raíz de la captura al docente Arteaga Arámbulo, un alumno de la Facultad de Ingeniería de Minas (prefiere no identificarse) se contactó con El Tiempo y contó lo siguiente:
A mí me cobró 40 soles, pero me enseñó un curso que no era muy importante. A ese profesor (Areteaga Arámbulo) todos lo conocen por corrupto, no es algo que sorprenda. Unos amigos me contaron que cuando les enseñó, los había jalado y buscaron su número y quedaron con él; los citó por su casa, en un parque. Por 15 soles los pasó”.



Él cumplirá su condena fuera del penal debido a “que el Código Penal permite reducir la pena por su avanzada edad (69 años), no tener antecedentes penales, así como el hecho de haber pagado 5 mil soles por reparación civil en la misma audiencia, además de sufrir enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, cirrosis hepática, hipertrofia prostática…”, explicó la jueza del Juzgado de Investigación Preparatoria de Piura, Daiana Serván Sócola.

Docente condenado por corrupción, Walter Arteaga, vestía una camiseta celeste el día de su audiencia. Cumplirá su pena en libertad. Foto: Poder Judicial.
Segunda forma: los intermediarios

Este modo de operación corrupto nace en las mismas aulas universitarias. Cada curso académico tiene un estudiante delegado, quien se encarga de coordinar fechas de exámenes, exposiciones o trabajos de los alumnos.

Las conversaciones que hemos tenido con los alumnos denunciantes dan cuenta de, al parecer, intermediarios-delegados para los cobros ilegales de los docentes.

“Entonces, la delegada le dice o si no él le dice al delegado que nos cobre 40 soles. La delegada nos dice y le pagamos a ella y nada más: a esperar notas en el sistema. Y siempre los delegados se aprovechan, porque el profesor cobra 20 o 30 soles y los delegados piden 50 o 60, depende”.


Si el alumno no alcanza a pagarle, debe ir directamente con él, tal como pasó con Arteaga Arámbulo en Plaza de la Luna. Otros alumnos consultados indican que los docentes corruptos también citan a los alumnos a sus oficinas, y allí hacen el compromiso indebido.

Sin embargo, también hay otros presuntos intermediarios furtivos, muy allegados a los profesores. Los alumnos entrevistados coinciden en que se puede llegar a pagar hasta 200 soles por la aprobación del curso. Aunque están hartos de esto, aceptan haber accedido a esta aprobación cómoda. Muchos no vislumbran otra salida.

-Pagas. El intermediario te pide código universitario, nombre completo y curso.

Tercera forma: el acoso

En todo este entramado de corrupción que se denuncia en la UNP, ciertas alumnas tienen una queja en particular: el supuesto acoso sexual que sufren por parte de profesores.

“Si le gusta una chica, la coquetea (en clase), te coge la quijada. A mí (un profesor) me llamaba los fines de semana… otro me tocó mi mano… en su oficina me empezó a abrazar… Un profesor me dijo que le apunte mi número de celular en el examen”. El relato de la joven, de 19 años, es entrecortado, frío, casi resignado.

“Hay un acosador, de los tantos. Que si le gustas y no le haces caso te jala”, narra otra alumna.

Ante esta situación, los agentes de la Comisaría de Familia, exigen a las estudiantes a no tener miedo de denunciar los casos de acoso sexual en recintos educativos, sobre todo a las menores de edad.


“Pueden llamar a la línea 100 o al 073 399305. Que se acerquen a conversar para orientarlas y se arme una operación conjunta con el Ministerio Público. Se mantendrá a las denunciantes con su identidad en reserva”, dice uno de ellos. Los policías, en el pórtico de la dependencia policial, dictan la ubicación de la comisaría: “Calle 9, Urb. La Alborada. Que denuncien, no tengan miedo”, insisten.

El docente Walter Emilio Arteaga Arámbulo fue detenido en el centro de Piura. La noticia cayó bomba para la comunidad “unepina”. “Cayó Arteaguita”, dijo un alumno. “Valiente el que hizo la denuncia”, firmó otro.

Y desde una urbanización de la ciudad, la madre de una alumna denunciante se acerca a la entrevista que le hacemos a su hija. Escucha durante unos minutos y asiente. Lo que cuenta su hija no es mentira, lo sabe perfectamente, pues ella le ha contado. Ya se cansó de los malos profesores (aun de los malos alumnos), de sacar dinero para darle a su hija y que pague para aprobar. “Que aprueben cursos como debe ser”, dice. Pronto se calla, sigue escuchando a su hija y exclama:


– ¡Basta de tanta corrupción!

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